Les Borges del Camp

Al pie de los últimos contrafuertes de la sierra de La Mussara y las montañas de Prades.

Les Borges del Camp es una villa situada al pie de los últimos contrafuertes de la sierra de La Mussara y las montañas de Prades. El término está drenado por la riera de Alforja, de curso normalmente seco, y por varios barrancos.

Historia

De época prehistórica son una esquirla de sílex del paleolítico medio, un fragmento de hacha en el mismo ladrillar y un sepulcro romano del siglo III, con una inscripción bajoimperial donde hay la ermita de la Mare de Déu de la Riera, cosa que ha hecho sospechar a los estudiosos sobre la existencia de una villa romana. Les Borges y su iglesia ya están fechadas en una bula de Anastasi IV del 25 de marzo de 1154. El origen del nombre puede referirse a las cabañas de piedra seca o también podría tener raíces románicas, de formación árabe y que supone una torre o un lugar de defensa. Les Borges fue una de las siete fundadoras de la Comuna del Camp. A lo largo de la época medieval son conocidas las peleas intermitentes con Alforja para conseguir su independencia administrativa. Por lo que dicen los estudiosos, durante los años que fueron desde el 1612 hasta finales del siglo XVIII, el pueblo sufrió problemas económicos continuos. A pesar de disponer de colmenas, del cultivo de la morera, de gusanos de seda, de higos secos y de la apertura de una mina de oro, la villa chocó con los efectos de la guerra dels Segadors y la peste de 1650-1651. La agricultura, en el siglo XVIII, como gran parte de las tierras de la diócesis de Tarragona, experimentaría una importante mejora. En Les Borges se cultivaban avellanos, granados, membrillos y cítricos.

Las guerras también afectaron a la población de Les Borges. En 1645 el pueblo se lamentó de los males que ocasionaron los soldados franceses a las personas y a los bienes municipales. Un siglo y medio después, el pueblo también envió voluntarios a participar en la Guerra Grande. Debió de suministrar alimentos a los soldados franceses que venían de Reus durante la guerra del Francés. En 1822, Les Borges sirvió de marco para que lucharan realistas sublevados y liberales reusenses. Los carlistas tuvieron un peso importante a lo largo de muchos años. A finales del siglo XIX, en 1873, los carlistas fueron allí a cobrar impuestos y en 1874 hubo una pelea entre carlistas y gubernamentales. Durante la Guerra Civil, la villa fue bombardeada por la aviación fascista.

Sitios de interés

Iglesia parroquial de l’Assumpció

Construida entre 1773 y 1786, es un importante monumento religioso.

Casas solariegas

En el interior del pueblo hay las casas solariegas de Cal Vall, de donde era oriundo el jefe carlista Maties de Vall i Llaberia, y Cal Dasca, edificio del siglo XVIII.

La ermita de la Mare de Déu de la Riera

La ermita se encuentra a unos 800 m del núcleo urbano, hacia poniente, y debe travesarse la riera de Alforja. El camino está asfaltado y puede hacerse perfectamente en coche o a pie. Para los automóviles hay un parking anexo a la ermita.

Se alzó en 1903, aunque la última reconstrucción es de 1954. El diseño corresponde a Francesc Berenguer Mestres y la construcción a Francesc Adell Ferré. Para visitarla, puede pedirse la llave a los ermitaños que están justo en el edificio de detrás de la ermita.

La ermita de la Mare de Déu de la Riera solo tiene, en realidad, según como se mire, cincuenta años. Pero si prescindimos de la última reconstrucción, la de 1954, que es la que le da la forma actual, aparece una larga y extraordinaria biografía arquitectónica. Para presentarla, se tiene que hacer una pequeña reseña de su emplazamiento. Antes de construirla, muy cerca, se localizó una antigua villa romana. Más tarde, en el siglo XII, existió una parroquia, la de Sant Bertomeu de la Quadra dels Tascals, mencionada en un documento de 1154. En 1735 llegó su fusión con la parroquia de Santa Maria de Les Borges.

Pero, ¿por qué los habitantes de Les Borges quisieron construir una nueva ermita si ya tenían una propia? El 5 de febrero de 1901, Magdalena Martorell i Ferrer, señora de Gener, de Les Borges, dejó en su testamento 40.000 pesetas para que se reconstruyera el viejo edificio. Los planos de la ermita los firmó Jaume Bayó i Font pero los ideó un distinguido alumno y colaborador de Antoni Gaudí, Francesc d’Assís Berenguer Mestres (Reus, 1866-Barcelona, ​​1914). El reusense no pudo firmar los planos porque aún no era arquitecto titulado y, de hecho, nunca lograría este distintivo. La ermita titular era, entonces, un monumento que sumaba muchos siglos entre sus muros y que posiblemente enlazaba elementos de varios estilos para las modificaciones que había sufrido a lo largo de los años. Se dice, sin embargo, que su origen era románico. El 1 de junio de 1903 se colocó la primera piedra del nuevo edificio, un mes antes se había derrumbado definitivamente la ermita centenaria. La construcción no se hizo esperar; en diciembre, es decir, la terminaron en sólo seis meses. En julio siguiente, la ermita se bendijo. Sin embargo, la presencia final del monumento no acabó de convencer a los feligreses, entre otras cosas, por tener el campanario inacabado y faltar en el interior parte del mobiliario correspondiente. La población de Les Borges y los devotos de los pueblos cercanos no la pudieron disfrutar demasiados años, ya que en 1939 cayó otra vez por la explosión de las municiones que tenía en su interior. La ermita se convirtió en un polvorín que se acordó explotar por miedo del avance del cuerpo de ejército marroquí y evitar dejar material bélico a manos del enemigo. Tras este hecho, los habitantes del municipio de El Baix Camp volvieron a tener la ermita en el suelo; deberían esperar dieciséis años más para disfrutar del templete actual. Ya en 1954 se pidió a Francesc Adell Ferré que dibujara unos nuevos planos para construir la ermita. El constructor fue Joan Ribas Bertran, colaborador de Adell. La ermita se pagó gracias a una suscripción popular.

La Mare de Déu de la Riera es una imagen muy querida por los habitantes de Les Borges. Es una talla encontrada del siglo XIII y que durante la guerra del Francés se guardó en la iglesia parroquial. Cuando llega la Fiesta Mayor de Les Borges, la imagen se traslada, el 7 de septiembre, desde la ermita al templo parroquial durante unos días. El acompañamiento de la Virgen es bastante especial ya que es el Ball de Diables quien anuncia la llegada de la talla y viste de gala y de fuego el acto. La presencia de los diables se conoce desde 1916, pero la procesión, según el profesor Pere Anguera, se remonta al siglo XVIII y hay constancia documental desde 1850. La ermita tiene planta de cruz griega. El exterior del edificio muestra la manera de trabajar plenamente modernista, como por ejemplo la aplicación del ladrillo que recorre todos los ángulos, coronamientos, ventanales y crea composiciones en torno a las ventanas y puertas. Son muy originales los cierres de los muros que esconden los tejados detrás de remates triangulares que se reparten a lo largo de los brazos de la iglesia y que le dan un peculiar ritmo compositivo. El campanario, situado junto a la epístola, hace pensar en varios detalles de las bodegas modernistas del Camp de Tarragona.

Fiesta Mayor y Ball de Diables de Les Borges del Camp

La Fiesta Mayor de la Mare de Déu de la Riera está declarada Fiesta Tradicional de Interés Nacional. La fiesta tiene sus orígenes en las romerías que celebraba la población de Les Borges desde que fue encontrada la imagen de la Mare de Déu de la Riera en fecha desconocida. Iniciado el segundo tercio del siglo XVIII, la fiesta mayor, que hasta entonces se celebraba el 15 de agosto, se trasladó al 8 de septiembre.
Tradicionalmente, la fiesta comprende los días 7, 8, 9 y 10 de septiembre, a los que se añade el 11, fecha de la Diada Nacional de Catalunya. Pero el día más típico y emotivo de la fiesta para todos los habitantes de Les Borges es el día 7, la vigilia de celebración del acto de Llegada.

En cuanto al Ball de Diables, los diables con sus “carretilles” han salido con regularidad por la fiesta mayor desde la década de 1880, aunque hay referencias anteriores. Esta es una de las pocas muestras vivas de la antigua forma de hacer el ball de diables en El Baix Camp y está considerada el máximo exponente de la comarca.