Capafonts

Capafonts se encuentra situado entre las montañas de Prades y los Motllats, en la cabecera del río Brugent. Es un tradicional lugar de veraneo gracias a su situación geográfica, clima fresco y su entorno.

Capafonts se encuentra situado entre las montañas de Prades y los Motllats, en la cabecera del río Brugent. Es un tradicional lugar de veraneo gracias a su impresionante situación geográfica, a su clima fresco y agradable y la posibilidad de hacer todo tipo de excursiones y paseos.

Historia

De la época prehistórica se conocen, entre otros, restos de cerámica acanalada en la cueva de Daniel y en el Bec de la Gallina, un yacimiento del bronce final y del primer hierro, y grabados rupestres en las Ferraduras.
En 1159 el pueblo ya aparece documentado en la carta de población de Prades, pero parece que el 1151 ya se encontraba en poder de los repobladores francos. El topónimo es de origen latín, llegado al catalán a través del mozárabe y significa cabeza de las fuentes. En 1392 la villa fue regalada en dote por el conde Ramon Berenguer a su mujer Blanca. Es conocida del 1681 una plaga de langosta que se repitió en 1685 y que destrozó las cosechas. En el siglo XVIII se explotaban minas de plomo y plata, aunque la economía dependía del carboneo.

Sitios de interés

La iglesia

La iglesia parroquial de Santa Maria es una obra de tres naves terminada a finales del siglo XVIII en estilo barroco sencillo y sin filigranas.

Las montañas

Los puntos encumbrados del término son el monte Pelat de 1.071 m, la Pena Roja de 1.025 y el Picorandam, en mozárabe pico de golondrina y en bascoide pico del valle. Los Motllats, en la parte sur-oriental, es pedregosa y seca con bosques de pinos y encinas de donde se obtenía carbón. Uno de los muchos lugares interesantes para visitar es el Puente de Joi, un arco natural de gran belleza, situado bajo la fuente Nova.

El río Brugent y la fuente de la Llúdriga

Capafonts ocupa la parte alta del valle del río Brugent, que se forma bajo el pueblo por la unión del barranco del Ribatell, el río de la Horta y el barranco de la Tarrascona. Son también notables el río de Barral y los barrancos de la Llenguaaixuta y del Fort. Entre las numerosas fuentes que pasan por el término destaca la de la Llúdriga, que no se seca nunca y que abastece el pueblo.

La ermita de Barrulles

Ya se cita en un documento del siglo XIII. Los 2 km que deben hacerse para llegar ermita, tanto si se hacen a pie o en coche, son realmente relajantes. El camino atraviesa los campos de avellanos, almendros, huertos y bosques, y también un riachuelo, el del Barral (que no baja todo el año). Algunos de aquellos campos se han abandonado y se han convertido progresivamente en bosque, aún así, cada parada, cada finca mantiene el topónimo con el que sus propietarios los designan. A quien le guste contemplar la vegetación, irá descubriendo una gran variedad de especies: pino blanco y albar, roble, castaño, boj, álamo blanco, arce, gatell, brezo, fresno, tejo, etc. Avanzado el camino se encuentra un cartel indicativo, a mano izquierda, que especifica que en su parte de atrás había un valioso ​​horno de cal. Pronto llegamos a una plaza que se arregló para poder ir a comer. La ermita está casi escondida al pie de las laderas, en tierras arenosas de fuerte pendiente, rodeada de bosque y se apoya en la falda norte de un lugar llamado el Picó del Balanyà.

Cabe señalar que la ermita, aparte del bosque, está rodeada de castaños que fueron muy importantes para la economía de principios de siglo para los habitantes de Capafonts y de Prades. Cuando se observen las montañas que vigilan la ermita hay que pensar que a principios de siglo había un verdadero movimiento de pastores, de payeses, de carboneros, y cuando era otoño, de gente que recogía castañas y setas.

Unas escaleras conducen a la puerta del edificio. Se conoce un documento del siglo XIII que habla de sus ermitaños. La pequeña ermita actual se debe a una reconstrucción llevada a cabo en 1956 ya que el lugar había sufrido un progresivo abandono. Es de pequeñas dimensiones, mide unos 10 m de largo por unos 6 de ancho. Tiene una pequeña capilla lateral adosada al lado norte. La restauración permite ver el tipo de paramento conseguido a base de sillar y mampostería de relleno. De la fachada destaca el portal de medio punto y un pequeño campanario de espadaña. La cubierta es a dos vertientes. La imagen titular se encuentra en la iglesia parroquial, hay una réplica en el interior de la ermita. La imagen de la Mare de Déu de Barrulles, posiblemente del siglo XV, de alabastro policromado, desapareció durante la última Guerra Civil.